domingo, 15 de enero de 2017

EJERCÍCIO FÍSICO, BENEFICIOS


No cabe duda, y eso todo deportista lo entiende, que practicar de una forma regular ejercicio físico, sobre todo aeróbico, pude influir en ciertos cambios en el sistema cardiovascular, tales como disminución de la frecuencia cardiaca, mejora de la funcionalidad sistólica y diástolica, aumento general de la vascularización,  hipertrofia miocárdica, etc, lo que  conlleva a mejorar la capacidad funcional del organismo.(1)

Pero lo que no todo el mundo conoce es que el ejercicio físico, sin un control cardiológico previo, puede dar alguna sorpresa por lo que sería conveniente realizar algunos exámenes, como una prueba de esfuerzo, un electrocardiograma e incluso una ecografía cardiaca para despistar ciertas patologías  de tipo congénito y al tiempo valorar si se padece algún tipo de arritmias, o bloqueos, angina de pecho, etc. 

También se debe tener en cuenta que existen patologías como la diabetes no controladas, enfermedad cardiovascular postinfarto, hipertensión arterial, enfermedad cerebrovascular, enfermedad plumonar obstructiva crónica ( EPOC ), enfermedades neoplásicas o inmunodepresión, personas obesas y/o sedentarias, que deberían adaptarse a programas con dosis de ejercícios cardiosaludables y no comenzar sin control e ir elevando de forma progresiva la frecuencia, la duración y la intensidad. Me parece importante mencionar una guía (2), editada por IMC (International Marketing Comunication, SA.), dirigida a médicos de atención primaria, en la que figuran las dosis de ejercicio individualizadas de de varias patologías, alguna de ellas anteriormente mencionadas.


http://raimundogarciamartin.blogspot.com.es/2015/09/reconocimiento-cardiovascular-en-el.html

(1) http://www.castellanacardio.es

(2) "Guía de ls dosis del ejercicio cardiosaludable en la práctica clínica". Pancorbo Sandoval A.,Pancorbo Arencibia E. Ed. IMC. Madrid. 2011.