El botox (marca registrada) está de moda, pero ¿realmente saben qué es?. La aplicación más popular es la del tratamiento de las arrugas, pero existen otras múltiples indicaciones, como pueden ser el tratamiento de migrañas, tics, hiperhidrosis, sialorrea, hipo crónico, distonías focales, estrabismo, tortícolis espasmódica, blefaroespasmo, incontinecia en parapléjicos, vejiga hiperactiva, calambres del escribiente, etc., incluso se empleó para misiones bélicas y actualmente se ensaya para el tratamiento del asma.
La toxina botulínica es un veneno muy activo, una neurotoxina, que produce una bacteria llamada Clostridium botulinum, bacteria que provoca el Botulismo, tan solo un gramo puede matar a un millón de cobayas y una centésima de milígramo a un hombre. Existen varios subtipos de toxina, pero los más utilizados, tanto en medicina como en cosmética, son el A y el B.
La actuación de la toxina en el organismo es a nivel neuromuscular, es decir, entre la unión del músculo y el nervio periférico, es ahí donde se produce la liberación de la Acetilcolina, un neurotransmisor necesario para que se estimule la contracción muscular de una forma temporal. Por tanto, la toxina botulínica actúa bloqueando la Acetilcolina, provocando una parálisis temporal del músculo sin producir lesión nerviosa.
Como todo fármaco debe ser prescrito y aplicado por un médico, no dejarlo en manos de cualquier profano, ya que no está exento de efectos secundarios sobre todo si se produce diseminación de la toxina y no debe ser aplicado a embarazadas y madres lactantes así como en ciertas enfermedades del sistema neuromuscular.