Un pintor marcado por la enfermedad.
Henri-Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa. Albi (24-11-1864). En su casa, resbala al levantarse de una silla y se rompe el fémur izquierdo; no tardando mucho, un año más tarde, se fractura el otro fémur tras otra caida banal. Al pintor se le diagnostica una enfermedad ósea congénita, probablemente como consecuencia de consanguinidad de los padres, que le tiene inmovilizado varios meses, se dedica a dibujar y posteriormente pintar para entrenerse hasta que se convierte en vocación.
A partir de esos momentos y tras la formación recibidad de las figuras de la época, se adentra en el ambiente parisino de Monmatre donde le sirve de inspiración.
Hace retrato, se adentra en los burdeles, diseña decorados para teatros, carteles, etc, creando un gusto esquisito y elegante.
El ambiente en el que se mueve le lleva al alcoholismo y a contraer enfermedades de transmisión sexual que minan poco a poco su salud.
Muere en 1901, el 30 de Septiembre, en Gironde.
